Verba volant, scripta manent.

lunes, 16 de junio de 2014

Logos

Escuece cuando los ignorantes dicen que ellas no sirven, que ellas nunca te darán de comer, que ellas son inútiles.
Pero son las más bonitas, las que hacen pensar, las que despiertan al cerebro y las que hacen ser lo que un sapiens es.
Falacia es que no sirven; con ellas, Homero dictaminó las que son de calidad y las que simplemente son para pasar el tiempo y en conclusión flor de un día. Con ellas, Demóstenes murió por la libertad de todos y por una Atenas de nuevo floreciente y de referencia. Con ellas, César se convirtió en uno de los más grandes de todos los que por estos lares han pasado. Con ellas, Cicerón nos enseñó quién merece ser escuchado por su honra, y quién apartado por demagogo. Con ellas, Aristóteles encendió la mecha de la ciencia: la ciencia, un vástago más de ellas. Con ellas, Arquímedes forjó la base de las matemáticas: las matemáticas, un retoño más. Con ellas, Tales creó el deporte del cerebro, la filosofía: la filosofía, otro fruto más de ellas y el pobre el más atacado, atacado de inútil y en ocasiones de peligrosa. Sin ellas, Octavia no se hubiera desmayado.

Los ignorantes dicen que no sirven para nada, pero lo cierto es que ellos no serían sin ellas. Lista interminable de lo que ellas han hecho y continúan haciendo, pero que no ven porque son inconscientes.
Ellas son revolución. Ellas no deliciosas, ellas son de verdad, ellas son puras; salidas del corazón y sentimientos reales. Ellas son inspiración, ellas son desahogo, ellas son entretenimiento, ellas son emoción. Ellas son espíritu crítico, ellas historia, ellas son ciencia, ellas son amor ,pasión, dedicación, vocación, sentimientos, comunicación, en conclusión, imprescindibles.

Son ya más de dos mil años, son ya millones a los que cautivaron, y siempre son los mismos los que pretenden acabar con ellas. Latín y Griego dieron paso a sus sucesoras para convertirse en inmortales, para protegerlas, para ayudarnos a conservarlas y valorarlas.
Son los mismos los que pretenden su desaparición porque son ignorantes, mas parece que no advierten que resistieron dos mil años y seguirán haciéndolo, porque sin ellas no hay historia y porque son lo único inmortal que aquí se encuentra.

Ellas sirven, porque saber ser crítico es imprescindible en cualquier sitio.

Son ellas, las letras, las que siendo las más bonitas son las más atacadas, porque causan resignación a los que no las entienden, pero ellas son de todos y para todos.

lunes, 23 de diciembre de 2013

You

Siento que a cada segundo que pasa te sigo echando en falta, y lo peor es que no cesa.

Al fin lo conseguí, y ese quizás es el problema. Que quizás he generado adicción a todo lo que a ti se refiere. 


Palabras,
Ojos,
Miradas,
Apelaciones,
Contacto,
...hasta besos.

A veces olvido tu rostro, y lo odio. Lo odio tanto...
Mi mirada habló, y mi boca se curvó exponencialmente ante tu presencia, tu presencia, y como consecuencia tu sonrisa.
Me encanta.

Pecado es escribir esto.

Felicidad extrema al acercarme a ti, a que me mires y me hables. Delicioso y sublime, más incluso que el Néctar de los dioses.

Ni un día consigues salir de mi cabeza. Todo lo que hay en ella son recuerdos que sin quererlo me hacen sonreír, pareciendo así demente. Demente por ti.

Nadie te ha dedicado esto, no lo siente como yo lo siento.

Pero sentir qué. Qué. Qué es sentir. Porque ya lo siento, ¿entonces?


Adoro cuando te apareces en la noche, cuando mi subconsciente te relaciona, y apareces, y me hablas, sintiendo el mismo pudor. Pudor ante lo prohibido, mas me encanta. Encantasme.

Pecado es escribir esto.


..   .


A veces pienso en más allá, en años más tardíos, y pienso en qué podrá haber sido de ti. De mí. De los dos. Y pensando en el peor de los casos me causa tristeza, tanta...

Pecado es escribir esto.

Pecado es desear lo innombrable, pecado es que mi cama quiera conocerte. Qué atrevido.




Al fin lo conseguí, y cuando lo hice me convertí en el cacho de carne más feliz.

Sí, felicidad.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Personal.

A veces peco de radical, a veces peco por sentir tanto.
A veces peco por expresarme tanto, a veces por querer una utopía.

Peco por desear una utopía, pero es que no puedo soportar ver a las autoridades que supuestamente velan por la seguridad del ciudadano cargar contra estos, no puedo, me duele demasiado, y por ello peco. 

No pedo soportar ver a un ministro cargarse todo eso por lo que tantos miles murieron, y encima decir que él es un atisbo de humildad. ¡No puedo! ¡No puedo! Y por ello peco.

Pero por no creer en el sistema, peco por no respetar el sistema. Pero es que duele tanto... La impotencia escuece así.

Pero realmente es el sistema, es él quien nos folla, quien nos manipula, quien nos ata y nos esposa, quien nos tapa los ojos, quien nos amordaza y luego nos viola. Es él. Un sistema que se ha deteriorado, un sistema del cual aún no se ha limpiado su cadáver. Cadáver porque ya murió.

Sistema judicial, vergüenza.
Sistema económica, vergüenza.
Sistema político, vergüenza.
Sistema educativo, ...

Me da dolor de cabeza, me entristece y encoleriza. Y por ello peco. Peco por ser tan radical, por no creer nada, porque en lo que creo no existe.
Y por ello me revelo, por ello todo me da vergüenza, como ser policía, como ser político, todo.

Siento ser así, peo nunca he podido.

Own.

Todos necesitamos hacer nuestra propia revolución externa e interna, y, si no la hacemos jóvenes, ¿cuándo la haremos?

domingo, 10 de noviembre de 2013

Morituri te salutant.

El cielo me indica que pasa el tiempo, pues miro atrás y mi corazón empuja en lo más fondo del pecho, haciéndome derramar saladas porque me hace recordar. Me hace mirar hacia atrás.

Yo no sé qué ocurre, pues el corazón es enamoradizo, morboso y pasional. 

Sé que no te voy a olvidar.

Quiere probar, desea. Pero la racionalidad... ¡la racionalidad! Le impide realizar sus deseos, aquellos que mis vísceras y entrañas también desean. La racionalidad, y lo moralmente impuesto constituyen lo que para Platón las leyes en el Estado.

Te veo marchar...

Sé que no te voy a olvidar.

Estos escuchan las más tristes, las que hacen que el corazón se vaya aún más hacia el fondo. Quiero gritar, quiero tirarlo todo, quiero salir y correr, quiero buscarte... quiero satisfacer a este bipolar corazón. Pero por qué es tan difícil si se puede... Acacia, dime por qué....

Sé que no te voy a olvidar.

¿Amor? ¿Quién dijo amor? ¿Desde cuándo? ¡Oh, el amor ya...! Sí.

Porque la curiosidad es aquello que caracteriza al hombre como lo que más, y más en la peligrosa y caprichosa juventud. Cuánto terror....

Te veo marchar...

Mi mente visualizó el momento, y mi mente maldijo la casualidad. ¡La casualidad que el maldito destino impuso!

Escucha, Acacia, es tan difícil porque el amor se interpone. Pero esta vez lo hiciste bien, así que sonríe aunque te cueste cuando miras por la ventana, porque el culminante momento se está acercando, aquel que te hace recordar, querer gritar, llorar, hacerlo, satisfacer... Pero tranquila.

Quédate conmigo.

Oh, no, no pueden salir... sería tan malo, algo así como penoso...

Sé que no te voy a olvidar.

Acacia, tú misma sabes que esto pasa, que no es más que el tiempo, porque el tiempo, como dijeron aquellos de Grecia, es el médico de todos los dolores. El tiempo es el médico del dolor. Eso dijeron.
La otra vez pudiste soportar el cataclismo de sentimientos revueltos, el choque de deseos, el deseo de desmoronar, lo que comparaste con los cimientos del conocimiento, con el imperio del gran César... Tú puedes.

Te veo marchar...

Pero es que, Miss Acacia, ,lo miras, y fue tan bonito... tan mágico, tan deseado... tan... simple.
Sin  explicación, sin palabra alguna, porque algo tan sumamente bello, algo procedente del deseo y que al fin se cumple no tiene si quiera palabras para poder describirse.
¡Cuánto deseo! ¡Por fin! Pero, por qué... ¡Por qué terminó! Las sonrisas del ayer son las lágrimas de hoy. 

Pero recuerda, los cimientos del conocimiento que el filósofo tanto ama nunca se desmoronaron, ni el Imperio del gran César pese a que muchos dijeran que por el IV a.C empezó a acabar. Si ellos resistieron, tú también, Miss Acacia. Has de saber el corazón es caprichoso, que su faceta oscura es la más mortal de todas, porque éste posee la habilidad de controlar, ¡de controlar! Algo tan lejano para el hombre común y corriente que son todos.

Quédate conmigo.

La hora se acerca. Sobrevive, no llores. No llores, Miss Acacia, esta vez no p...













Siempre pensativa, Miss Acacia.
Siempre pensativa.



lunes, 15 de julio de 2013

Despedida temporal.

Irse de vacaciones trae cosas como estas; como que no pueda escribir hasta dentro de unos días.

Poco más que decir, a eso del 31 de julio esto volverá a renacer, como los caídos del Rey Exánime. Con la diferencia de que, este blog, jamás ha muerto ni lo hará.

domingo, 14 de julio de 2013

Rex Exanimis.

El Trono Helado que tanto lo estaba esperando lo recibió como el rey que era. 
Arthas, el Rey Exánime que era, soñó, durmió y esperó.
En el instante justo antes del reencuentro con la realidad material y ya no metafísica, mató al niño que seguía viviendo en su alma, el cual, si no hubiera sido ejecutado por la azulísma espada, seguiría habitando en lo más profundo. El Rey Exánime decidió cargar con su anterior, decidiendo que esta vez  él mismo sería quien tomaría las riendas de su vida, sin tener que oír las órdenes de otros como antaño había ocurrido.

Jaina... Padre...
Mas, júrale a los ojos de café si de verdad dejaste de amarlos, de amarla, de besarla. ¡Júralo, gobernador de lo exánime! Sabes que no, que el corazón es retorcido, que ni con el más tóxico insecticida se le consigue eliminar, ni los sentimientos ni recuerdos que de él emanan, cual neblina de la Agonía de Escarcha.
La amas.

Abrió los ojos. Ya no eran los mismos. Aquellos que estuvieron bajo su yugo o que así lo sintieron, lo supieron. No estaban en el Trono Helado, ni próximos, pero lo supieron. Todos aquellos que alguna vez habían sentido a Arthas lo supieron, claro que lo supieron.
El Rey exánime había despertado.
Sylvanas lo supo, y en Theramore también lo supieron. 
Theramore. J...

Las tinieblas lo habían conseguido, habían salido gloriosas en el primero asalto.
Y lo supo. Lo supo mientras soñaba, mientras veía el futuro y el presente, lo supo perfectamente. Había conseguido ver aquello que ocurriría en su vida.
Pero el Rey Exánime estaba más preparado que nunca, con más poder que antes, y con nuevos súbditos gloriosos que no eran tan simples como los otros.

Díselo, Rey, júralo. Mas sabes que no, que allí se encuentra, te atormenta el corazón sus nuevos sentimientos. Te escondes bajo un manto de maldad. Claro que no es demasiado tarde; para el corazón nunca es demasiado tarde, el corazón nunca considera demasiado tarde seguir amando.
Lo sabes.

Entonces, cuando el Rey Exánime se levantó del trono, la voz de su difunto padre pareció formar parte del gélido y  cortante aire de Rasganorte.
''Hijo mío, el día que en naciste, hasta los bosques de Lordaeron susurraron tu nombre... Arthas''.